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Hola gente bella~ 

Finalmente he culminado mi semestre, gracias a Dios me fue bien, sin duda alguna me pudo ir mejor pero ya está terminado, como dije en entradas anteriores ahora que tengo más tiempo puedo pensar un poco mejor mis entradas y traerles cosas más interesantes, como muestra de ello está esta entrada, disfrútenla.

En las leyes de la Gestalt se gira en torno al cierre de la figura, esa capacidad que tiene la mente de completar una imagen sin que ésta esté terminada. Para ello la mente usa información previa, el conocimiento que se tiene en función de lo que se trata y lo relacionado a ello para poder completar el cuadro. Esto ya se sabe, quien quiera saber más tiene a la mano a Wikipedia

Pienso que a las personas aplica también esto, todos somos figuras que día a día vamos completándonos y que al igual que la Monalisa, el autor muere sin completar la obra, por más que piensen lo contrario yo digo que la mente humana como obra no culmina a la hora de morir sino queda incompleta. Pero para los ojos de los demás, esclavos de la ley, ya la imagen esta cerrada, la mente cierra la figura, la cierra con experiencias, con recuerdos, con ideas, reales o no, erradas o no, con tantas cosas que nos dan una visión única del objeto o de la persona, tan única que incluso, en ocasiones, nos crea sensación de pertenencia, y dado a que todo aquello para nosotros es una sólida verdad, cualquier condición que atente contra el ideal en nuestra mente no es más que una blasfemia, un sacrilegio, o una basta mentira que inconcebiblemente jamás será verdad. Al menos hasta que se demuestra lo contrario.

A lo largo de mis efímeros e ilusos 18 años he podido ver una porción si se puede considerable de la imagen que tienen las demás personas sobre mí. He visto la forma en que esta imagen se ha formado, sus cambios y me atrevo a decir que he participado con alguna que otra pincelada.

He encontrado deleite, asombro, curiosidad y un sin fin más que se podrían sentir al caminar los pasillos de un museo con cuadros de toda índole. En ocasiones me pregunto en qué se parece la imagen de ese cuadro que ve la otra persona a mí, o si quiera cómo llegó a verme de ese modo.

He estado en la posición donde cuadros encontrados totalmente opuestos se presentan al mismo tiempo frente a mí en donde en uno soy un superamigo, y otro un supervillano, supergenio y superidiota, superhonesto y supermentiroso, supersanto y superprofano, superpositivo y supernegativo, superbello y superfeo, supercreído y superhumilde, supercomplejo y superficial, superior y superfluo, supermarcado y superado, pero cuando paso frente al cuadro que hago de mí mismo, también bajo ley de Gestalt, me pregunto "¿Por qué todos coinciden en que soy 'Super' y en mi cuadro no lo soy?".

  

A todos nos parece mágica la sensación que brinda burlar la ley de la gravedad, o la ley en general, pero imaginan por tan sólo unos segundos poder burlar (Paréntesis: sí, burlar y no violar, la violencia es mala, y aunque la burla pueda ser una forma de violencia socialmente no es tan grave como la violación, aun cuando eso viole la ley, cosa con la que no estoy de acuerdo pero eso es otro tema) imaginan burlar las leyes de la Gestalt?.

Imaginen poder verse a sí mismos como realmente somos. Libre de prejuicios, libre de preceptos, libre de pretensiones, libre de predicamento, y demás que empiezan con el prefijo 'pre'. Qué verían, al mismo tiempo, quiénes somos sin todo aquello.

Tengo entendido que el autoestima trabaja con lo que yo pienso de mí, lo que los demás piensan de mí y mi respuesta ante el encuentro de las dos anteriores.

Qué increíble que esta capacidad de cerrar la figura nos incapacite a vernos como realmente somos.

Pero creo que ya les he dado mucho qué pensar con esta entrada así que seguiré las líneas en algún rincón de mi mente esperando una respuesta que me agrade o me desagrade lo suficiente como para pensar en otra cosa.

Saludos~

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