Entonces, estaba yo de pie recostado de la puerta al final del vagón como siempre, no es cierto, usualmente suelo estar sentado allí en el suelo, no de pie, pero en esta ocasión estaba de pie.
En esa parte hay 3 puestos a mi derecha y 3 mi izquierda, quienes conoces el metro de caracas saben cómo es: un par lateral y un puesto individual de forma perpendicular junto a la puerta de cada lado. El asiento de a par a mi derecha a así como los individuales estaban libres y se abren las puertas en una estación cuyo nombre no recuerdo y no es relevante para efectos de la historia, suben dos señoras con 3 chicos que iban juntos. Chico A: entre 8 y 10 años de edad, Chico B: entre 13 y 15 años de edad, y Chico C: entre 19 y 24 años de edad, no sé si eran parientes o amigos pero iban juntos.
Las señoras se sientan en el par libre a la derecha, y como de costumbre entre las señoras caraqueñas comienzan a hablar entre ellas. Chico A se sienta en el individual a la izquierda, chico B en el individual a la derecha y Chico C se queda de pie junto a la puerta derecha del vagón cerca de Chico B que fue por donde entraron. A todas éstas si alguno se pregunta el por qué habiendo 4 puestos libres estaba yo de pie, muy sencillo, no suelo sentarme en el metro por dos motivos, el primero, siempre llega una señora necesitando puesto y ante el protagónico rol de caballero diciendo "Siéntese señora, tome mi lugar para que no pase trabajo estando de pie el par de estaciones que viajará" y tener que estar de pie en un lugar incómodo, prefiero estar de pie todo el viaje en un lugar cómodo, así interactuo menos con la gente; el segundo motivo, es por una manía reciente no muy marcada como para ser extrema pero si lo suficiente como para evitarlo y es que no me gusta sentarme en donde se acaba de sentar otra persona, me siento incómodo al percibir el calor corporal que dejó esa persona impregnado en la silla.
De cualquier manera, como lo descrito en el párrafo anterior no escapa de situaciones comunes, me disponía yo a sacar mi cuaderno de dibujo para hacer algún rayón mientras llegaba a mi paradero. en eso que estoy revisando mi bolso, que es el mismo momento en que se sentaron las personas mencionadas antes, el chico A voltea a ver a las señoras como cosa natural y se da cuenta de que yo estaba en pie recostado de la puerta junto a ellas. Aclaro que es sumamente común que las personas se coloquen de pie en ese lugar, lo poco común es sentarse allí como yo hago, pero en ese momento no lo hacía de modo que no había ninguna situación relevante con respecto a mí salvo yo mismo. Apenas el chico A me ve sus ojos se abren de asombro y salta de su asiento al que está frente a él para decirle algo al Chico B en el oído, en el momento en que se asombró mi mirada se concentró en él para ver qué sucedía, mientras le cuenta no-sé-qué en el oído al Chico B y antes que terminara de contárselo éste sube su mirada y se me queda viendo del mismo modo, Chico A termina y se devuelve a su asiento e instantáneamente chico B pide a chico C que se incline para contarle algo al oído, de manera similar a medida que le cuentan chico C voltea a verme antes de que le terminen de contar no-sé-qué y luego de eso é vuelve a su posición natural y hubo un terrible silencio incómodo entre los chicos. Probablemente duró menos de un minuto hasta que llegamos a la estación que seguía y las señoras se levantaron junto con chico A y B, todos se despidieron del C y se bajaron del vagón, chico C se sentó donde estaba antes chico B y el tren retomó su marcha.
No tengo la menor idea de qué pudieron haberse dicho entre sí, sin duda alguna era algo sobre mí, pero no era un chiste puesto que ninguno de ellos expresó risa o gracia en su rostro al oír lo que le contaba el otro, no fue tampoco algún escándalo lo bastante impactante como para que se asombraran en forma de muerte o algo similar, pero sí fue algo lo suficientemente tenso como para que ninguno quisiera verme a la cara nuevamente al saber que los veía hablar de mí. El Chico C se encontraba un tanto inquieto por llegar a la siguiente estación para no estar más en ese lugar, y con esa sensación que uno siente al saber que alguien no quiere verle a la cara pero al mismo tiempo necesita saber si el otro tiene reacción alguna, similar a vigilar a alguien de reojo. al abrirse las puertas en la siguiente estación se levantó rápidamente y salió al andén para seguir su camino.
Antes de que se escapara corrí tras de él y tomándole por sus vestiduras lo arremetí contra la pared con gran violencia y levantándole apretando su pecho con mis manos le grité una y otra vez para que confesara qué era lo que habían estado hablando de mí, quiénes eran, de dónde me conocían, quién le había pagado para seguirme, la gente asombrada no se atrevía a interferir en el asunto pero pude oír que llamaban a los de la seguridad del metro, el chico espantado y tembloroso porno haber esperado esa respuesta de mi parte estaba casi mudo, no hallaba qué decir, qué responder o por dónde empezar a contar la verdad, en ese momento, en medio de forcejeos y gritos dos trabajadores del metro y uno de la policía me separan del chico quien lloraba en el suelo tratando de entender qué sucedía.
El párrafo anterior es mentira, tranquilas, nada de lo que dije en ese quinto párrafo jamás ocurrió, pero los otros cuatro sí son verdad, lo que pasó después de ello es que dejé que saliera suficiente gente antes de bajar del vagón, puesto que esa era la última estación en la que prestaba servicio, así pude seguirle viéndole de lejos hasta estar seguro que la situación era sana y seguí mi camino por otro lado.
Hola gente bella~
Espero no haberles defraudado si esperaban una historia de drama, pasión y acción, o algún asalto más de caracas. Aún así en verdad debo admitir que fue un momento muy incómodo, no tan incómodo puesto que eran desconocidos, los momentos suelen ser más incómodos con los conocidos que con los desconocidos, pero lo suficientemente incómodo como para tener que drenarlo en el blog y poder librarme de ello. Todo inició porque me reconoció el chico A, una y otra vez di vueltas en mi mente para ver o recordar de dónde le conocía o en cuáles posibles entornos podríamos haber coincididos y qué acciones, particularidades, o hechos pude haber tenido yo en tales entornos como para que él me recordara y no yo a él. Lamentablemente mi memoria no es tan buena como para buena como para recordar si quiera qué almorcé ayer. Así que esto es todo.
Saludos~
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En esa parte hay 3 puestos a mi derecha y 3 mi izquierda, quienes conoces el metro de caracas saben cómo es: un par lateral y un puesto individual de forma perpendicular junto a la puerta de cada lado. El asiento de a par a mi derecha a así como los individuales estaban libres y se abren las puertas en una estación cuyo nombre no recuerdo y no es relevante para efectos de la historia, suben dos señoras con 3 chicos que iban juntos. Chico A: entre 8 y 10 años de edad, Chico B: entre 13 y 15 años de edad, y Chico C: entre 19 y 24 años de edad, no sé si eran parientes o amigos pero iban juntos.
Las señoras se sientan en el par libre a la derecha, y como de costumbre entre las señoras caraqueñas comienzan a hablar entre ellas. Chico A se sienta en el individual a la izquierda, chico B en el individual a la derecha y Chico C se queda de pie junto a la puerta derecha del vagón cerca de Chico B que fue por donde entraron. A todas éstas si alguno se pregunta el por qué habiendo 4 puestos libres estaba yo de pie, muy sencillo, no suelo sentarme en el metro por dos motivos, el primero, siempre llega una señora necesitando puesto y ante el protagónico rol de caballero diciendo "Siéntese señora, tome mi lugar para que no pase trabajo estando de pie el par de estaciones que viajará" y tener que estar de pie en un lugar incómodo, prefiero estar de pie todo el viaje en un lugar cómodo, así interactuo menos con la gente; el segundo motivo, es por una manía reciente no muy marcada como para ser extrema pero si lo suficiente como para evitarlo y es que no me gusta sentarme en donde se acaba de sentar otra persona, me siento incómodo al percibir el calor corporal que dejó esa persona impregnado en la silla.
De cualquier manera, como lo descrito en el párrafo anterior no escapa de situaciones comunes, me disponía yo a sacar mi cuaderno de dibujo para hacer algún rayón mientras llegaba a mi paradero. en eso que estoy revisando mi bolso, que es el mismo momento en que se sentaron las personas mencionadas antes, el chico A voltea a ver a las señoras como cosa natural y se da cuenta de que yo estaba en pie recostado de la puerta junto a ellas. Aclaro que es sumamente común que las personas se coloquen de pie en ese lugar, lo poco común es sentarse allí como yo hago, pero en ese momento no lo hacía de modo que no había ninguna situación relevante con respecto a mí salvo yo mismo. Apenas el chico A me ve sus ojos se abren de asombro y salta de su asiento al que está frente a él para decirle algo al Chico B en el oído, en el momento en que se asombró mi mirada se concentró en él para ver qué sucedía, mientras le cuenta no-sé-qué en el oído al Chico B y antes que terminara de contárselo éste sube su mirada y se me queda viendo del mismo modo, Chico A termina y se devuelve a su asiento e instantáneamente chico B pide a chico C que se incline para contarle algo al oído, de manera similar a medida que le cuentan chico C voltea a verme antes de que le terminen de contar no-sé-qué y luego de eso é vuelve a su posición natural y hubo un terrible silencio incómodo entre los chicos. Probablemente duró menos de un minuto hasta que llegamos a la estación que seguía y las señoras se levantaron junto con chico A y B, todos se despidieron del C y se bajaron del vagón, chico C se sentó donde estaba antes chico B y el tren retomó su marcha.
Antes de que se escapara corrí tras de él y tomándole por sus vestiduras lo arremetí contra la pared con gran violencia y levantándole apretando su pecho con mis manos le grité una y otra vez para que confesara qué era lo que habían estado hablando de mí, quiénes eran, de dónde me conocían, quién le había pagado para seguirme, la gente asombrada no se atrevía a interferir en el asunto pero pude oír que llamaban a los de la seguridad del metro, el chico espantado y tembloroso porno haber esperado esa respuesta de mi parte estaba casi mudo, no hallaba qué decir, qué responder o por dónde empezar a contar la verdad, en ese momento, en medio de forcejeos y gritos dos trabajadores del metro y uno de la policía me separan del chico quien lloraba en el suelo tratando de entender qué sucedía.
El párrafo anterior es mentira, tranquilas, nada de lo que dije en ese quinto párrafo jamás ocurrió, pero los otros cuatro sí son verdad, lo que pasó después de ello es que dejé que saliera suficiente gente antes de bajar del vagón, puesto que esa era la última estación en la que prestaba servicio, así pude seguirle viéndole de lejos hasta estar seguro que la situación era sana y seguí mi camino por otro lado.
Hola gente bella~
Espero no haberles defraudado si esperaban una historia de drama, pasión y acción, o algún asalto más de caracas. Aún así en verdad debo admitir que fue un momento muy incómodo, no tan incómodo puesto que eran desconocidos, los momentos suelen ser más incómodos con los conocidos que con los desconocidos, pero lo suficientemente incómodo como para tener que drenarlo en el blog y poder librarme de ello. Todo inició porque me reconoció el chico A, una y otra vez di vueltas en mi mente para ver o recordar de dónde le conocía o en cuáles posibles entornos podríamos haber coincididos y qué acciones, particularidades, o hechos pude haber tenido yo en tales entornos como para que él me recordara y no yo a él. Lamentablemente mi memoria no es tan buena como para buena como para recordar si quiera qué almorcé ayer. Así que esto es todo.
Saludos~
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